Dr. Ot Stein

Una historia “terríficamente” divertida

Videojuego educativo sobre la Distrofia Muscular de Duchenne (DMD). Activa la pasión por la genética en un laboratorio de locura, corrige mutaciones y descubre el poder de la ciencia mientras te ríes de lo imposible.

Prepárate para enfrentarte a “macielagos” que cantan más que respiran, bifidus con crisis de identidad, marcianos con pinta de pulpos (y sospechoso aroma a ajillo), y mini monstruos primos lejanos de Godzilla que, según fuentes fiables, solo comían un petit suisse.

Porque aquí la biología es divertida… y un poco mutante también.

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Vídeo

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El juego

Dr. Ot Stein es un serious game ambientado en un laboratorio lleno de curiosidad y humor. A través de puzles y retos ingeniosos, el jugador descubre cómo funciona la genética y qué es la DMD, aprendiendo mientras se divierte y empatiza con quienes la viven cada día.

Aprender jugando

Desmitificamos términos como ADN, bases y mutaciones. La metáfora visual y el feedback inmediato hacen el resto.

Estética accesible

Estilo amable, humor ligero y personajes entrañables que facilitan la comprensión para diferentes edades.

Impacto social

Proyecto de sensibilización creado junto la asociación Duchenne Somriures Valents y familias, para comprender y empatizar con la realidad de la DMD.

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Asociaciones

Somriures Valents es una asociación que acompaña a niños y niñas con enfermedades minoritarias y a sus familias, creando espacios donde la sonrisa también forma parte del tratamiento. Organizan actividades, voluntariados y proyectos solidarios que transforman la empatía en acción. Si quieres conocer más, colaborar o aportar tu granito de alegría, estaremos encantados de hablar contigo.

Duchenne Somriures Valents
Duchenne Somriures Valents
Colaboración temática y divulgativa
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Equipo

Jordi Targa (El loquito que lo empezó todo)

Padre de la criatura y culpable de que este laboratorio cobre vida. Un día la vida le pidió parar, y en ese silencio encontró los lápices que había olvidado. Su amiga Antonia, creadora del proyecto Relat-Hos, le ofreció escribir, y ya no paró. Las páginas de un libro se le quedaron pequeñas ante la necesidad de dar vida a sus criaturas y verlas moverse. El equipo de PlayCanvas aportó el ingrediente mágico: una tecnología moderna capaz de convertir lo inerte en mundos que respiran.

Arola Fortian (La Doctora que nos dejó el cerebro patas arriba)

Nuestra mente científica. Entre fórmulas y píxeles, le da lógica a lo ilógico y consigue que el ADN gire, brille y no explote (casi nunca). Sin ella, seguiríamos buscando el gen de la paciencia.

Fustegueres (El de la música que hace sonar el laboratorio)

Sus melodías son las responsables de que los mutantes bailen y los científicos sonrían. Si oyes una nota que parece un experimento feliz, seguro que es su culpa.

Colaboradores

Familias, divulgadores y profesionales que prestaron su tiempo, su experiencia y, sobre todo, su corazón para que este juego no fuera solo un juego. Gracias por darle alma a cada píxel.

  • Jesús del Campo Marquiegui: Por su infinita paciencia ante un loco que no sabe lo que dice.
  • Marc y Nadia: Por inventarse los Macielagos, esos bichos cantaores, amantes de Maciel, que desafían la lógica y las notas musicales.
  • Óscar García: Por sus consejos de gamificación y por demostrar que hasta las mecánicas necesitan terapia de grupo.
  • Eva Pascual: Por esa merluza con perejil que rozó el misticismo. Si la ciencia falla, abrimos restaurante.
  • Noelia Reyes y Nikotxan: Por dejar participar a Cálico Electrónico. La cosa más bonita del mundo.
  • Jordi Cots: Por su paciencia infinita con las “user interfaces”, esas criaturas caprichosas que cambian de humor según el navegador.
  • Aelis & Roc: Por dibujarme los monstruitos y recordarme que la imaginación no tiene edad.
  • Joan Carles: Mi alcalde. Por escucharme un ratito, asentir con prudencia y, sobre todo, por no llamar a ningún psiquiatra.

Preguntas frecuentes

¿Para qué edades está pensado?

Para curiosos a partir de 10 años —y para adultos que todavía disfrutan apretando botones sin manual de instrucciones. No hace falta saber genética: aquí se aprende jugando y se comprende riendo. Si además hay un profe o una familia cerca, mejor aún: la ciencia se contagia.

¿Puedo usarlo en clase?

¡Por supuesto! Dr. Ot Stein nació para colarse en las aulas. Pretende ser un activador para despertar la curiosidad y hablar de ciencia sin bostezos. Si lo pruebas en clase, cuéntanos cómo fue: nos encantan los informes con risas incluidas.

¿Cómo puedo apoyar el proyecto?

Difunde el juego, comparte ideas o propón mutaciones educativas (de las buenas). Cualquier sugerencia que acerque la DMD al público cuenta. Si eres una asociación o grupo educativo, hablemos: juntos hacemos más ruido que una centrifugadora feliz. Apúntate a una asociación, crea tu juego o simplemente ayuda.

¿En qué está hecho?

En PlayCanvas y JavaScript, con toneladas de travesuras, humor y cariño. La web vive gracias a HTML, CSS y unas cuantas líneas de código con alma. Todo envuelto en un estilo cartoon que hace que la ciencia entre con una sonrisa.

Contacto y colaboración

El proyecto Dr. Ot Stein sigue creciendo gracias al apoyo de personas, familias y profesionales comprometidos con la educación, la ciencia y la empatía. Si te gustaría colaborar, proponer mejoras o ayudar a difundir el juego, no dudes en escribirnos.

Agradecemos especialmente las sugerencias sobre accesibilidad, narrativa inclusiva, divulgación o ideas para nuevas misiones educativas. Cada aporte cuenta para que este proyecto llegue más lejos.

Puedes contactar directamente con Jordi o con la asociación Duchenne Somriures Valents para resolver dudas, temas de voluntariado o propuestas de colaboración.

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